sábado, 16 de julio de 2011

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HISTORIA DE MESOPOTAMIA

HISTORIA DE EGIPTO

HISTORIA DE CHINA

HISTORIA DE VENEZUELA

ASPECTOS HISTÓRICOS DE LA CONQUISTA Y COLONIZACIÓN DEL ESPACIO GEOHISTÓRICO DE VENEZUELA


ASPECTOS HISTÓRICOS DE LA CONQUISTA Y COLONIZACIÓN
DEL ESPACIO GEOHISTÓRICO DE VENEZUELA

Político:

El 1 de Agosto de 1498 llega Cristóbal Colón a las costas venezolanas luego de su tercera expedición.

En 1499 Alonso de Ojeda, Américo Vespucio y Juan de la Cosa inician el recorrido por toda la costa venezolana con lo cual se delineó el litoral venezolano.

El primer poblamiento colonial de Venezuela se estableció en Nueva Cádiz de Cubagua, una isla rica en perlas y fundada por Francisco Depons. Este hecho motivo las ambiciones de España a llevar a cabo las expediciones cuyo destino era la parte oriental de Venezuela en búsqueda de riquezas. La región oriental fue la primera en habitarse por los conquistadores.

Gonzalo de Campo, Juan de Ampíes, Juan de Carvajal, Pedro Álvarez y Juan de Villegas fueron los primeros fundadores del territorio venezolano. Los Welser eran banqueros, exploradores y gobernadores que se beneficiaron de grandes extensiones del territorio como pago de deudas contraídas por la Corona Española. Estos personajes luego de la designación de gobernadores fueron esparciéndose por todo el territorio con el fin de buscar riquezas minerales y conquistar, fundar, poblar y dividir la tierra en encomiendas a quienes se le fue encargada la misión. De esta manera se organiza políticamente el espacio geográfico y se da pie al proceso histórico de Venezuela.
Social- Cultural:

Al concluir el siglo XVII España ya había alcanzado los objetivos fundamentales de implantar su presencia en el territorio venezolano. Por derechos de conquista la tierra pertenecía al Estado Español. Los aborígenes se habían convertido en una mercancía potencial sometiéndolos al tráfico comercial como esclavos a quienes en primer lugar explotaban sus fuerzas de trabajos en la extracción de perlas. La inhumana práctica esclavista indígena contó con el aval y participación del trono católico quien regulaba el tráfico comercial de los mismos, sin embargo el trato al indígena mejoró, dejando de ser objeto de comercio y convirtiéndose en siervo del encomendero.

El mercado humano era una vieja costumbre de los españoles. Debido a la incapacidad de indígena para desarrollar específicas actividades económicas implantadas por los colonizadores, comenzaron a traer negros del África para someterlos como esclavos que incrementarían la fuerza de trabajo. Esta práctica ya era muy corriente en Europa y África. Los negros eran utilizados como un medio de producción comparable y vendible como cualquier otro instrumento.

El esclavo superó el desempeño del trabajo indígena y contribuyó al desarrollo y estructuración de las bases económicas, y al proceso de colonización.

Económico:

Al haberse agotado los placeres de las perlas, las encomiendas dieron paso a la colonización en su función explotadora, la economía comenzó a basarse en la cría del ganado y de caballos, las labores agrícolas menores desarrolladas por la mano de obra eran encomendadas a los indígenas tales como el cultivo del maíz, del trigo, de la yuca, leguminosas, algodón y tabaco. También se dedicaban a la artesanía y al servicio doméstico.

Los negros estaban a cargo de explotar las minas, el cultivo de la caña de azúcar y el cacao.

Religioso:

Como fórmula de explotación y control de la población indígena se crearon las misiones donde la concesión era exclusiva de la orden religiosa donde participaron franciscanos, capuchinos, jesuitas y dominicos. Los misioneros tenían todo el gobierno y el dominio religioso y civil. Los pueblos al cabo de veinte años eran puestos bajo la jurisdicción civil, ya que se suponía que la labor catequizadora y civilizadora había sido cumplida entrando a formar un pueblo de doctrina, quedando a cargo de los religiosos la parte religiosa.

CONTEXTO HISTÓRICO DE LA VENEZUELA COLONIAL

Social- Cultural:

La sociedad colonial venezolana resultó como un proceso de mestizaje desarrollado desde el establecimiento del europeo y del negro africano en el territorio del primitivo poblamiento aborigen.

La estructura social colonial se clasificaba étnicamente en blancos, pardos, indios y negros; cada uno constituía una especie de casta por su estratificación, condiciones biológicas, ocupaciones y oficios, status jurídicos y el papel que constituían en el proceso económico.

Dentro de la estructura global, el blanco era identificado con el poder, el prestigio y la riqueza, el color de la piel fue asociado con la pureza de constitución, la pureza de sangre, lo cual creaba un efecto de desigualdades entre las demás clases sociales.

La población indígena se diferenciaba de los blancos criollos y de los negros africanos. Estaba integrada por grupos étnicos que poseían rasgos culturales, lingüísticos y psicológicos.

El negro esclavo integraba una clase social explotada en el contexto del proceso productivo agrario y su explotación se fundamentaba legalmente mediante leyes, normas y en la mentalidad dominante establecida por el poder colonial. El amo era propietario del esclavo y de sus descendientes, de la fuerza de sus trabajos y además lo consideraba como una mercancía susceptible de intercambiar libremente.

Los pardos se distinguían de todos los descendientes del mestizaje, mulatos, zambos y los originarios del cruce de ambos grupos. Los pardos eran jurídicamente libres, pero se les impedía desempeñar todo oficio público, les estaba prohibido el acceso a la educación institucionalizada y el ejercicio de cargos eclesiásticos, el ingreso a las corporaciones religiosas, a las jerarquías militares, a las milicias y a las agrupaciones profesionales.

Los blancos criollos constituyeron una oligarquía agraria y territorial, que los caracterizó como oligarquía social. Tenían privilegios económicos y políticos, monopolizaron las instancias de poder municipal, constituían una casta superior a los demás grupos sociales con mayor capacidad de control de los mecanismos coloniales.

Los blancos criollos constituían la nobleza colonial venezolana, eran propietarios de tierra, de esclavos, de la mano de obra libre en villas y ciudades, controlaban los cabildos, los ingresos, los tribunales, los cabildos eclesiásticos, todas las instituciones reservadas a la clase elevada y amos de la economía. También controlaban igualmente las instituciones de poder político, municipal y regional, la iglesia y los centros generadores de cultura institucional

Los reyes establecían disposiciones legales por las cuales hacían de ellos unos verdaderos extranjeros en los territorios que gobernaban. No podían contraer matrimonio mientras ejercían el poder, ni casar a sus hijos en la jurisdicción de su mando, ni asistir a nupcias, entierros, ni fiestas en general, ni estar unidos por el sacramento del bautismo con sus gobernadores, ni ejercer el comercio, ni tener más de cuatro esclavos.

El ejercicio del dominio colonial constituía el espíritu rector de la legislación de Indias y el derecho indiano. Dominio con respecto a la exacción económica, al control político y al desarrollo de una mentalidad propicia al afianzamiento y a la sujeción a un poder extracontinental, y por eso todos los residentes y nativos de Indias estaban jurídicamente considerados como vasallos de Su Majestad, unos libres o semilibres y otros simplemente esclavos.

Los mecanismos de exacción fueron modificándose en el tiempo de la dominación colonial, en sus procedimientos y en sus formas y en los destinatarios inmediatos; de la violencia de los primeros tiempos se procedió a la explotación y extracción de la plusvalía, y paralelamente a la coacción extraeconómica. Impuestos, derechos, aranceles, multas, diezmos, bulas, etc., dieron un toque de encubrimiento a las distintas formulas y figuras combinatorias y constrictivas de apropiación.
Social -Económico:

Se estableció el régimen feudal en donde el latifundista tenía el dominio de grandes extensiones de tierra como propiedad privada y se le adjudicaba poder económico, político, social y el de la mano de obra. El siervo o servidumbre eran los productores y estaban obligados a trabajar en los hatos de las comunidades, en los conucos familiares y haciendas de los militares.

Los grupos étnicos considerados como negros transformaron las formas de explotación esclavista en una institución económica estable.

La ganadería se transformo en el elemento fundamental de la producción, favorecida por las condiciones del medio geográfico y el desarrollo sociocultural de los pobladores indígenas, cuyas actividades de recolección facilitaron la formación de una economía ganadera primitiva con base pastoril- recolectora.

El hato era la unidad social de producción social y explotación; función económica sobre la que se erige el latifundio ganadero como expresión del poder político, económico y social en conjunto con la hacienda de plantación que dominaron las tenencias de tierra y de la producción de ganado vacuno, caballar, mular, cacao, tabaco, trigo, algodón, añil y caña de azúcar para la comercialización internacional de estos recursos.

También existía la hacienda tributaria donde se constituían la producción de frutos menores y rubros comunes como cacao, tabaco, caña de azúcar, maíz, plátanos, papa, trigo, cría de ganado y bienes de consumo local.

La producción de la plantación colonial se orientaba a satisfacer las necesidades del mercado exterior, y aunque también cubrían el mercado doméstico local éste no era altamente significativo económicamente.

El negro esclavo se considero como mercancía de primera importancia por ser una fuerza dinámica de producción como mano de obra y también como mercancía pues se hacían remates públicos de esclavos para la época. Su valor monetario variaba según la producción de cosechas y se subastaban. Se tomaban en consideración para su valor la edad, el estado de salud, el lugar de origen y las habilidades que poseían.

Político- Económico:

El Estado Metropolitano era la estructura del poder político, representaba los aspectos políticos-jurídicos, económicos-sociales, culturales-religiosas y de represión, etc.

En Venezuela la primera institución política fue el Cabildo que nace conjuntamente con la implantación de los lineamientos demográficos urbanos. Constituían un poder absolutista. En sus comienzos tuvo un espíritu democrático y se orientó a defender los derechos comunales ante el enorme poder de los funcionarios representativos del poder real, pero luego se fue transformado en una estructura de carácter oligárquico y cerrado. La función de los cabildos coloniales consistía esencialmente en el gobierno económico y administrativo de la ciudad, poder municipal y la representación de los intereses de la comunidad.

La Gobernación, fue la institución política de mayor representación del Estado Metropolitano en Venezuela, constituyó la más alta jerarquía hasta la creación de la Capitanía General de Venezuela. El gobernador representaba directamente la autoridad del Rey, era el órgano de la autonomía municipal y estaba facultado en asuntos políticos, militares, administrativos y represivos, también en funciones judiciales y diplomáticas con otras colonias de América. Su función primordial era mantener la unidad imperial y la integridad religiosa, también ejercían actividades administrativas para regular la vida interna de la provincia en cuanto a comunicaciones, obras de infraestructura, abastecimiento e instrucción, y reforzar todo el aparato de defensa.

La ciudad o centro urbano colonial constituía el vínculo de conexión entre la producción agropecuaria y el mercado exterior por vía de la exportación e importación, teniendo como referencia los circuitos comerciales legalmente controlados por el sistema hacendístico, fiscal y tributario.

La Intendencia de Ejército y la Real Hacienda constituían el régimen de administración fiscal y tributaria, era manejada por funcionarios reales: Gobernador y Capitán General, Tesorero, Contador y Jueces Oficiales. Su función era satisfacer las demandas a nombre de su Majestad el Rey de España y en la unificación político-territorial de las provincias La Real Hacienda participaba en justicia, policía y guerra, vigilaba los ingresos y egresos, cumplimientos de leyes, etc., esto significaba que las provincias quedaban unidas bajo un mismo gobierno en lo relativo a la hacienda y al ejército bajo la administración de armas, tropas y todo lo relativo a la guerra y defensa.

La Capitanía General de Venezuela constituyó la conformación política y administrativa del territorio venezolano. El capitán general tenía autoridad en lo político y gubernativo sobre los corregidores, justicias y demás empleados dentro de la jurisdicción de su provincia. Tenía el superior gobierno tanto político como militar. En lo militar, disponía de cuerpos que conformaban básicamente milicias integradas por batallones de blancos, pardos libres y negros.

La Real Audiencia tendía también a realizar la unidad política, las leyes de las Indias regían todas las colonias, pero las provincias eran independientes unas de las otras, por lo que al ejercer sobre ellas la superior autoridad judicial, se impuso la tarea de estrecharlas, de señalar a todas un igual camino a seguir y aplicar la legislación substantiva y la de unificar la de procedimiento.

El Real Consulado representó la unificación y autonomía en lo relativo a las actividades productivas y las normas que regían el desarrollo del comercio. Su propósito era incrementar y fomentar la economía regional, era un poderoso instrumento económico; relacionaban el comercio, el trafico comercial, juicios, vigilancia de la actividad comercial, vialidad, problemas relativos al ordenamiento fiscal y aduanal, etc. También otorgaban créditos a los agricultores. En su tiempo el Consulado fue el banco de crédito agrícola de régimen colonial.

Económico- Religioso:

La iglesia desempeñaba una función ideológica y represiva de primer orden. La iglesia como institución participó en la conformación de la nacionalidad venezolana, sometida a la Corona a través del Patronato que constituía una asociación político-religiosa-represiva, encargada de fiscalizar el cumplimiento de las órdenes reales y de mantener consistencia del marco simbólico cristiano-nacional.

La evangelización constituyó el control ideológico y cultural mediante el cual se empleaban valores psicológicos requeridos por el Estado Metropolitano para la permanencia y continuidad de la dominación colonial; por ello la educación quedó bajo su dirección y orientación, de este modo estableció carácter cristiano, teológico y catequizante.

La iglesia formaba parte del aparato exaccivo al emplear los diferentes mecanismos de extracción extraeconómica, obligando al pago de impuestos universales, de esta recaudación participaban básicamente el prelado, el cabildo eclesiástico y el rey.

La institución eclesiástica jugó un papel importante en la economía y en el proceso de colonización, ya que a través de este utilizó mecanismos para la acumulación relativa e importante en la masa de capital. Esta acumulación ocurría por vía de rentas constantes que aumentaban constantemente a la par del desarrollo de la economía, es decir, aumentaba en la medida que crecía el volumen de la producción agropecuaria.

Las rentas provenían de diezmos y primicias, quien no pagaba diezmos y primicias caía en pecado mortal y en descrédito. Se obtenían a través de las obras pías, capellanías, obvenciones, bienes de manos muertas y censos. Se destinaban a la adquisición de tierras, casas, esclavos, participaciones accionarias en compañías, ganados, haciendas y préstamos usurarios cuyos intereses variaban entre 5 y 20 por ciento.

ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR De Carlos Antonio Aguirre Rojas (Resumen)

OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL

     Identificar las características que definen la práctica del mal y del buen historiador según el libro Antimanual del Mal Historiador de Carlos Antonio Aguirre Rojas.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Ø  Proponer la historiografía crítica como modelo de investigación para los nuevos tiempos
Ø  Establecer las comparaciones de las corrientes filosóficas del positivismo, el materialismo histórico y la escuela de Annales entre el es y el deber ser de la historia

JUSTIFICACIÓN

     El Antimanual del Mal Historiador de Carlos Antonio Aguirre Rojas, es una propuesta hacia cómo se debe realizar la historiografía para los nuevos tiempos a través de las corrientes, técnicas y métodos que se deben considerar para creación de la misma.
     Es una propuesta para crear historiadores críticos, serios, creativos y científicos, para combatir y criticar viejas ideas simples, rutinarias y ya superadas sobre lo que es y lo que debería ser la historia reformulándola de una manera sencilla, que mantenga su complejidad, ilustrando con ciertos ejemplos y demás detalles para representar la historia más actual y de vanguardia como algo vivo y apasionante, con los problemas más relevantes del ser humano y de las sociedades contemporáneas, con una riqueza de instrumentos intelectuales y de métodos y técnicas.


CAPÍTULO I

DE ANTIMANUALES Y ANTIDEFINICIONES DE LA HISTORIA
    
     La historia no es una disciplina asociada solamente con archivos, con los hechos, personajes y sucesos ya desapercibidos y muertos, sino una ciencia también de lo social y de lo vivo, atenta al cambio histórico de todas las cosas, directamente conectada con nuestro presente más actual, con nuestra vida social meditada e inmediata en todas sus múltiples y variadas manifestaciones.
     Si se practica el análisis histórico de la historia siempre atenta al cambio, enfocada en la dialéctica de transformación de todos sus objetos de estudio, se desemboca en una historia crítica, que junto al lado bueno de las cosas, observa y analiza también su lado malo, desmentificándolo a los héroes y normalizando a los personajes y a las situaciones extraordinarias y excepcionales, al tiempo que desglorifica los orígenes y las gestas fundadoras, e introduce sistemáticamente los procesos junto a los éxitos, la vida cotidiana al lado de los grandes momentos históricos, los procesos sociales y económicos, las creencias colectivas y la cultura popular junto a las brillantes ideas y las obras geniales de la ciencia, la literatura o el conocimiento social.
     La construcción de una historiografía sirve para intentar construir nuevas y muy diferentes interpretaciones de los hechos y de los problemas históricos, para rescatar e incorporar nuevos territorios, dimensiones o elementos, hasta ahora ignorados por los historiadores anteriores, para sustituir el carácter dinámico, contradictorio y múltiple de toda situación o fenómeno histórico posible. Una historia difícil, rica, aguda y crítica, la única historia realmente valiosa y aceptable.
     La historia no se reduce sólo a textos y a los testimonios escritos, sino que abarca absolutamente toda huella o trozo humano que nos permita descifrar y reconstruir el problema histórico que acometemos con ayuda de otras disciplinas auxiliares.
     La historia verdaderamente científica es la que afirma que no es posible hacer historia limitando el análisis de los procesos y de los hechos puramente de un país, lugar o región específico, sino también debe considerar los factores exteriores de los mismos procesos estudiados.

CAPITULO II

LOS SIETES (Y MÁS) PECADOS CAPITALES DEL MAL HISTORIADOR

     La mala historia es mil veces más fácil de hacer y de enseñar que la buena historia o historia crítica. Es justamente  el fruto de esos libros aburridos y pesados que nadie lee y no toman en cuenta. Son historias que repiten las anécdotas locales y los sucesos pintorescos de una cierta población, localidad, región cualquiera del mundo, personajes, etc. Son resúmenes ya dichos por otros autores que no tienen orden ni sentido, carecen de definiciones históricas específicas y de datos y hechos históricos que sean realmente los hechos significativos.
     El primer pecado del mal historiador actual es el del positivismo, que creen que hacer historia es lo mismo que llevar a cabo el trabajo de investigación y de compilación del erudito limitando el trabajo del historiador, exclusivamente al trabajo de las fuentes escritas y de los documentos, se reduce a las operaciones de la critica interna y externa de los textos, clasificación y ordenación de los textos. La verdadera historia sólo se construye cuando, apoyados en esos resultados del trabajo erudito, accedemos al nivel de la interpretación histórica, a la explicación razonada y sistemática de los hechos, fenómenos, procesos y situaciones históricas que estudiamos.
     El segundo pecado es del anacronismo en historia, la falta de sensibilidad hacia el cambio histórico, que asume consciente e inconscientemente que los hombres y las sociedades del pasado eran iguales a los de ahora, que pensaban, sentían, actuaban y reaccionaban de la misma manera que en la actualidad. Se cancela una de las tareas primordiales de la historia que es la de mostrar, primero a los historiadores y después a toda la gente, en qué ha consistido precisamente el cambio histórico, qué cosas se han modificado al paso de los siglos y cuáles se han mantenido, y también cuáles han sido las diversas direcciones o sentidos de esas múltiples mutaciones históricas.
     El tercer pecado es el de la noción del tiempo. Una idea del tiempo que se concibe como una dimensión única y homogénea, que se despliega linealmente en un solo sentido y que está compuesto por unidades y subunidades perfectamente divididas y siempre idénticas, de segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, décadas, siglos y milenios. El tiempo newtoniano de los físicos, medido por los calendarios y relojes, no es nunca el verdadero tiempo histórico de las sociedades, es más bien un tiempo social e histórico, que no es único sino múltiple, y que además es heterogéneo y variable, haciéndose más denso y mas laxo, más corto o más amplio, y siempre diferente, según los acontecimientos, coyunturas, estructuras históricas a las que se refiera
     El cuarto pecado es el de la idea limitada del progreso. Es también la de una ineluctable acumulación de avances y conquistas determinadas fatalmente por el simple transcurrir temporal que parece afirmar que inevitablemente, todo hoy es mejor que cualquier ayer, y todo mañana será obligatoriamente mejor que el de hoy. Esta es una idea afirmada por los apologistas del capitalismo. El buen historiador crítico restituye a la noción de progreso como una multiplicidad de líneas y de trayectorias diversas que lo integran, que acometen muchas veces un problema hasta encontrar su solución, ensayando y equivocándose, explorando y avanzando.
     El quinto pecado capital es el de la actitud profundamente acrítica hacia los hechos del presente y del pasado, y hacia las diferentes versiones que las diversas generaciones han ido construyendo de ese mismo pasado/presente. Es la típica actitud pasiva que los historiadores positivistas mantienen siempre a los testimonios y a los documentos tal y como han acontecido.
     El sexto pecado es del mito repetido de su búsqueda de una objetividad y neutralidad absoluta frente a su objeto de estudio, la pretensión de tomar partido, no juzgar, no apasionarse y no involucrarse para nada con los personajes o con las situaciones que se investigan. Es imposible una historia que sea realmente neutral y que sea objetiva. Toda historia reflejará necesariamente las elecciones y el punto de vista del propio historiador, los que se proyectan incluso desde la elección de los hechos que son investigados y los que no, hasta el modo de organizarlo, clasificarlos, interpretarlos y ensamblarlos dentro de un modelo más comprehensivo que les da su sentido y significación particulares.
     Finalmente el séptimo pecado es el posmodernismo en historia haciéndose eco de algunas posturas que se han desarrollado recientemente en las ciencias sociales norteamericanas y también  en la historiografía. Han comenzado a proliferar en algunos países ciertos historiadores que intentan reducir a la historia a su sola dimensión narrativa o discursiva, evacuando por completo al referente esencial de los propios hechos históricos reales. Los historiadores hacemos historia con el objetivo de conocer, comprender y luego explicar la historia real, convencidos de que somos capaces de establecer, cada vez más, verdades históricas científicas, verdades cada vez más precisas y capaces de dar cuenta real de los problemas concretos históricos que investigamos.
CAPÍTULO III

EN LOS ORÍGENES DE LA HSTORIA CRÍTICA

     En los orígenes de la historia resulta claro que dichos orígenes se encuentran en la segunda mitad del siglo XIX cronológico. Ya que es en estas últimas décadas del siglo XIX que se afirma, por un lado, el modelo de la historia positivista que intenta copiar la exactitud de las ciencias naturales, promoviendo una historia puramente descriptiva, fáctica, empirista, especializada y reducida a narrar los hechos tal y como han acontecido, mientras que del otro lado, se va configurando y difundiendo, también progresivamente, la primera versión de la historia crítica contemporánea, que es justamente aquella que se encuentra incluida dentro del complejo y más vasto proyecto crítico de Carlos Marx. Así, queda claro que ha sido Marx el que ha sentado los fundamentos de la historia crítica, tal y como ahora es posible concebir a esta última.
     La historia crítica es social en un doble sentido: en primer lugar en cuanto a que, para la explicación de cualquier hecho o fenómeno histórico, tiene que involucrar y hacer intervenir a los grandes autores colectivos que antes eran omitidos e ignorados, y que son siempre el entorno inmediato obligado, tanto de la formación como de las acciones de cualquier personaje individual. Y en segundo lugar, en el sentido de que también cualquier suceso o situación histórica se desenvuelve en un contexto social general, que lo condiciona y envuelve, fijándole tanto sus límites como sus posibilidades de repercusión determinada.
CAPÍTULO IV
POR LOS CAMINOS DE LA BUENA HISTORIA ANTIPOSITIVISTA
     La escuela de los Annales es una corriente antipositivista que busca consolidar la historia crítica e innovadora y para el ello va a desarrollar los siguientes aportes:
     El primer aporte que abona y enriquece las perspectivas de la historia crítica, es el de reivindicación e incorporación dentro de la historia el método comparativo porque no hay historia científica posible que no sea al mismo tiempo una historia comparatista. Comparar es incontestablemente lo siguiente: elegir, dentro de uno o varios medios sociales diferentes, dos o más fenómenos que aparenten a primera vista, mostrar entre ellos ciertas analogías, describir luego las curvas de su evolución, comprobar sus similitudes y sus diferencias y, en la medida de lo posible, explicar tanto las unas como las otras.
     La segunda contribución es la historia concebida como historia global o total. En primer lugar, es global por las dimensiones del objeto de estudio que abarca. Incluye dentro de su territorio de análisis al inmenso conjunto de todo aquello que ha sido transformado, resignificado, producido o concebido por los hombres, desde la más lejana y originaria prehistoria hasta el más inmediato y actual presente. En segundo lugar, la derivación epistemológica como exigencia de situar, permanentemente, al problema o tema estudiado dentro de las sucesivas totalidades que lo enmarcan. Ser capaz de, como ha dicho Fernand Braudel, sobrepasar sistemáticamente los limites específicos del problema abordado, explicitando sus vínculos y puentes con las totalidades diversas que le corresponden en el sentido de reconstruir la historia desde el punto de vista de la totalidad como afirma Marx.
     El tercer aporte es el de la historia interpretativa, el de una verdadera historia-problema. Una historia que, al mismo tiempo que recoge la tesis de Henri Pirenne cuando afirma que el núcleo del trabajo del historiador no se encuentra en la erudición, sino justamente en la interpretación, que va a ser la esencia general y el momento global determinante de toda la actividad misma del oficio de historiador.
     El cuarto aporte es la reivindicación del paradigma de la historia abierta o en construcción, defendiendo y promoviendo esa historia comparatista, global y problemática que se ha explicado. Es claro que el proyecto de la misma sólo se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, a la fecha del nacimiento y desarrollo tanto del marxismo original como de la propia historiografía contemporánea, historia joven, en vías de construcción, y que se encuentra aun en la búsqueda de la definición de sus perfiles más definitivos y fundamentales.
     El quinto aporte es el de la perspectiva de análisis derivada de la teoría de los diferentes tiempos históricos y de la larga duración en la historia, desarrollada básicamente por Fernand Braudel. Una teoría que para fundamentarse, va a comenzar por criticar y desconstruir radicalmente la noción moderno-burguesa de la temporalidad, noción que adoptando sin critica al concepto newtoniano del tiempo físico, afirma que existe un solo tiempo,  homogéneo, vacio y compuesto de fragmentos idénticos entre sí, y que avanza de manera independiente e irreversible frente a los hechos y procesos humanos, a los que incluso regula, controla y subordina.
La teoría braudeliana va a afirmar que existen múltiples tiempos, que no son los del reloj o los del calendario, sino que son temporalidades histórico-sociales, tan múltiples, tan diversas y heterogéneas, como las realidades históricas mismas, y en consecuencia, tiempos variables, más o menos densos y más o menos disimiles, que al hallarse directamente vinculados a esos acontecimientos, fenómenos y procesos sociales-humanos, van a expresarse como las muchas duraciones históricas a investigar y a utilizar por parte de los historiadores.
     Finalmente, y por debajo de este tiempo medio de las coyunturas, sean estas culturales, sociales, económicas o políticas, están las estructuras de la larga duración histórica, que corresponden a los procesos seculares y a  veces hasta milenarios de las realidades más duraderas, elementales y profundas de esa misma vida histórica de las sociedades. Realidades de largo aliento como los rasgos y perfiles de una civilización, los hábitos alimenticios de un grupo de hombres, los sistemas de construcción de vigencia de las jerarquías sociales, o las actitudes mentales frente al trabajo, la muerte, la vida o la naturaleza, que al parecer como coordenadas que persisten y sobreviven a lo largo de los siglos, tienden a confundirse como hechos obvios y a veces hasta eternos, escapando muchas veces a la mirada y al examen, obviamente de los malos historiadores positivistas, pero incluso también, a veces, de la observación de historiadores serios y atentos.

FUENTES

     Las fuentes utilizadas por el autor fueron las corrientes del positivismo, el materialismo histórico y la escuela de los Annales siguiendo las ideas de Marc Bloc, Carlos Marx, Haiden White, Michel de Certau, Paul Veyne, Fernand Braudel, Henri Pirenne, entre otros.

DEFINICIÓN DE LA HISTORIA

La Historia: es la ciencia que estudia y expone los hechos ocurridos a lo largo del tiempo, ya sea en su conjunto o alguno de ellos en particular, y especialmente los que se refieren al ser humano y a sus sociedades.
Para qué sirve: Para comprender el presente y proyectar el futuro, es necesario comprender el pasado. La historia ha sido una de las formas culturales que más se han utilizado para justificar instituciones, creencias y propósitos comunitarios que prestan cohesión a grupos, clases, nacionalidades, imperios, etc . La historia permite la formación de la identidad regional y nacional de los seres humanos.
Es una ciencia: En las ciencias humanas y sociales, el ámbito fenoménico en el que el sujeto se mueve operatoriamente para alcanzar resultados estables y eficaces, tiende a perseguir objetivos cognitivos y de índole técnico o práctico en sentido genérico. La caracterización de las ciencias sociales, o historia como ciencia “social” o “humana”, se refiere a la mecanización, o al estructuralismo que comenzó a perseguir la historia, utilizando el método científico, en las investigaciones de orden histórico, llegando así a la definición del concepto de “historia como ciencia”.
Qué es método: Método es un procedimiento general, basado en principios lógicos que pueden ser comunes a varias ciencias; una técnica es un medio específico usado en una ciencia determinada o en un aspecto particular de esta.
Tipos de métodos:
Método Deductivo: Es el que deriva y corrige aspectos particulares de las leyes, axiomas , teorias o normas , parte de los conocimientos particulares.
Método Científico: Quiere descubrir la realidad de los hechos y estos al ser descubiertos, deben a su vez guiar el uso del método. El método científico sigue el camino de la duda sistemática, metódica que no se confunde con la duda universal de los escépticos que es imposible. El método científico es la lógica general tácita o explícitamente empleada para dar valor a los méritos de una investigación.
Método Racional: El método racional es llamado así por los asuntos a los cuales se lo aplica no son realidades, hechos o fenómenos susceptibles de comprobación experimental. Las disciplinas que lo integran principalmente las diversas áreas de la filosofía. La filosofía no tiene por objeto de estudio las cosas de fantasía, irreales o inexistentes, la filosofía cuestiona la propia realidad por el punto de partida del método racional es la observación de esta realidad o la aceptación de ciertas proporciones evidentes. Mediante el método racional se procura obtener una comprensión y visión más amplia sobre el hombre, la vida, el mundo y sobre el ser.
Qué es metodología: hace referencia al conjunto de procedimientos basados en principios lógicos, utilizados para alcanzar una gama de objetivos que rigen en una investigación científica o en una exposición doctrinal.
Qué es ciencia: es la búsqueda del conocimiento sistematizado en cualquier campo, pero que suele aplicarse sobre todo a la organización de la experiencia sensorial objetivamente verificable. La búsqueda de conocimiento en ese contexto se conoce como ‘ciencia pura’, para distinguirla de la ‘ciencia aplicada’ —la búsqueda de usos prácticos del conocimiento científico— y de la tecnología, a través de la cual se llevan a cabo las aplicaciones.
Qué es conocimiento: Rama de la filosofía que trata de los problemas filosóficos que rodean la teoría del conocimiento. La epistemología se ocupa de la definición del saber y de los conceptos relacionados, de las fuentes, los criterios, los tipos de conocimiento posible y el grado con el que cada uno resulta cierto; así como la relación exacta entre el que conoce y el objeto conocido.
Es un conjunto de información almacenada mediante la experiencia o el aprendizaje, o la introspección. Se trata de la posesión de múltiples datos interrelacionados que, al ser tomados por sí solos, poseen un menor valor cualitativo.
Ciencias auxiliares de la historia: Las ciencias auxiliares de la historia son aquellas disciplinas que el historiador utiliza como herramientas, para validar la autenticidad e integridad de hechos, reliquias, documentos y otros hallazgos con algún valor histórico.
Se consideran las siguientes disciplinas al momento de estudiar hechos y hallazgos históricos: La arqueología, la diplomática, la epigrafía, la genealogía, la heráldica, la numismática, la paleografía, y la sigilografía, entre otras. Por supuesto que además se utilizan como auxiliares los principios de las ciencias formales, como la lógica y las matemáticas, los de las ciencias naturales, como la astronomía, la biología, la física, la química y la geología, y los de las ciencias sociales, como la psicología, la sociología, la economía y la demografía. Lo que ocurre con las disciplinas mencionadas en la primera lista, es que estas tienen aplicaciones específicas para la historia, y su relación es directa.
La arqueología, uno de los campos de la antropología, estudia a las diferentes culturas de la humanidad analizando los hallazgos materiales en conjunto con datos pertinentes del medioambiente directamente relacionado. Busca explicar los orígenes y el desarrollo de la cultura y comportamientos humanos.
La diplomática estudia específicamente documentos, para determinar su autenticidad y validez. Para estos fines se considera el lenguaje, la escritura, y el estilo del texto para llegar a conclusiones sobre la época y el autor del documento.
La epigrafía busca descifrar las anotaciones o inscripciones realizadas en materiales como piedras (recordemos la piedra rosetta en Egipto), huesos y madera. La idea es poder obtener información de estas inscripciones, aunque no siempre es fácil si el hallazgo pertenece a alguna cultura de la cual no se tiene mucho conocimiento. El proceso de descifrar una anotación en algunos casos puede tomar años enteros.
La genealogía estudia el pedigrí o árbol familiar de un individuo. Para esto se estudian los nombres y relaciones entre los parientes vivos y muertos, en base a documentos y evidencias de características varias, para poder armar el famoso árbol genealógico.
La heráldica estudia los escudos de armas, los cuales eran portados por los guerreros en la época en donde se utilizaban las armaduras; nace de la necesidad de identificar a los contrincantes en las batallas. Es de gran utilidad ya que históricamente, se da la transmisión de la simbología presente en los escudos (lo que hoy en día entenderíamos como el logotipo o marca), a través de varias generaciones.
La numismática es el estudio científico de las monedas, medallas y medallones, los cuales tienen materiales y símbolos característicos que se prestan para análisis. A través de esta disciplina se busca establecer las características de los pueblos y personas que las usaron, no sólo desde el punto de vista económico.
La paleografía estudia los escritos de la antigüedad, similarmente a lo que hacen algunas ciencias auxiliares de la historia mencionadas anteriormente. La diferencia es que la última abarca a todas las anteriores, y además estudia otro tipo de documentos y tiene funciones más amplias.
La sigilografía estudia los sellos presentes en documentos de importancia histórica. Relacionada con la heráldica, esta busca obtener información social y legal a partir de estos sellos a partir de los signos o figuras estampadas.
soNorma� u y e @� p�� left:70.8pt;text-align:justify;line-height: normal;tab-stops:607.5pt'>Predomina: musgos, líquenes, helechos, arbustos y frailejones


http://www.gobiernoenlinea.ve/images/flora9.jpgBosques Deciduos: de poca altura y tronco delgado, pierde sus hojas en  la estación seca


Bosques Semi-Deciduos: son extensos y ricos en madera


http://www.gobiernoenlinea.ve/images/flora2.jpgBosques siempreverdes: se hallan en zonas de grandes precipitaciones, altas temperaturas, y alta humedad atmosférica


Bosques Ribereños: árboles de mediana altura con humedad proporcionada por los cuerpos de aguas a la orilla de los ríos


http://www.gobiernoenlinea.ve/images/flora11.jpgBosques Nublados: árboles altos y troncos rectos por la humedad del aire en las montañas, en alturas desde los 800mts. 

MICHEL FOUCAULT

(Poitiers, 15 de octubre de 1926 – París, 25 de junio de 1984) fue un historiador de las ideas y filósofo francés. Fue profesor en varias universidades francesas y estadounidenses y catedrático de Historia de los sistemas de pensamiento en el Collège de France (1970-1984).

Foucault es conocido principalmente por sus estudios críticos de las instituciones sociales, en especial la psiquiatría, medicina, las ciencias humanas, el sistema de prisiones, así como por su trabajo sobre la historia de la sexualidad humana. Su trabajo sobre el poder y las relaciones entre poder, conocimiento y discurso ha sido ampliamente debatido. En los años 1960, Foucault estuvo asociado al estructuralismo, un movimiento del que se distanció más adelante. Foucault también rechazó las etiquetas de postestructuralista y postmodernista, que le eran aplicadas habitualmente, prefiriendo clasificar su propio pensamiento como una crítica histórica de la modernidad con raíces en Kant

Sus teorías sobre el saber, el poder y el sujeto rompieron con las concepciones modernas de estos términos, por lo que es considerado un postmodernista. A Foucault no le interesaba la etiqueta, argumentando que prefería discutir la definición de 'modernidad'. Sin embargo, se le considera como tal debido a que, aunque compartía con el estructuralismo algunas líneas de pensamiento, careció siempre de la pretensión de cientificidad característica de esta corriente, recalcando el abismo que se abre entre las palabras y las cosas.

Foucault estudia hondamente el poder, rompiendo con las concepciones clásicas de este término. Para él, el poder no puede ser localizado en una institución o en el Estado, pues está determinado por el juego de saberes que respaldan la dominación de unos individuos sobre otros al interior de estas estructuras. El poder no es considerado como algo que el individuo cede al soberano (concepción contractual jurídico-política), sino que es una relación de fuerzas, una situación estratégica en una sociedad determinada. Por lo tanto, el poder, al ser relación, está en todas partes; el sujeto está atravesado por relaciones de poder y no puede ser considerado independientemente de ellas. El poder, según dice, no sólo reprime, sino que también, produce efectos de verdad y produce conocimiento.

Destaca el surgimiento de un biopoder que absorbe el antiguo derecho de vida y muerte que el soberano detentaba y que pretende convertir la vida en objeto administrable por parte del poder. En este sentido, la vida regulada debe ser protegida, diversificada y expandida. Para tales efectos es necesario justamente contar con la muerte, ya sea en la forma de la pena capital, la represión política, la eugenesia, el genocidio, etc., como una posibilidad que se ejerce sobre la vida por parte del poder que se fundamenta en su cuidado.

Se basa en la disciplina como instrumento de control del cuerpo social penetrando en él hasta llegar hasta sus átomos: los individuos particulares. Aplicadas al individuo concreto, las categorías de vigilancia, control, intensificación del rendimiento, multiplicación de capacidades, emplazamiento, utilidad, etc., constituyen una disciplina nueva.

Tiene como objeto a poblaciones humanas, grupos de seres vivos regidos por procesos y leyes biológicas. Esta entidad biológica posee tasas conmensurables de natalidad, mortalidad, morbilidad, movilidad en los territorios, etc,, que pueden usarse para controlarla en la dirección que se desee. De este modo, según la perspectiva foucaultiana, el poder se torna materialista y menos jurídico, ya que ahora debe tratar respectivamente, a través de las técnicas señaladas, con el cuerpo y la vida, el individuo y la especie.

Desarrolló una teoría del discurso, que utilizó para problematizar instituciones como hospitales, manicomios, prisiones o escuelas. Su análisis no se centra únicamente en el aparato coercitivo y en su funcionamiento, sino en los discursos, es decir, el lenguaje de las disciplinas que definen qué es un ser humano. Se trata de los lenguajes de la burocracia, de la administración, de la medicina o del psicoanálisis; en definitiva, los lenguajes del poder los cuales no son descriptivos sino normativos, puesto que definen y disponen tienen el poder de excluir al individuo del cielo de la sociedad y de determinar las condiciones de su admisión en ella: capacidad jurídica, conciencia moral, formación o disciplina.

JÜRGEN HABERMAS

(Düsseldorf, 1929) es un filósofo y sociólogo alemán, conocido sobre todo por sus trabajos en filosofía práctica (ética, filosofía política y del derecho). Gracias a una actividad regular como profesor en universidades extranjeras, especialmente en Estados Unidos, así como por la traducción de sus trabajos más importantes a más de treinta idiomas, sus teorías son conocidas, estudiadas y discutidas en el mundo entero. Habermas es el miembro más eminente de la segunda generación de la Teoría Crítica de la Sociedad, conocida también como Escuela de Fráncfort.

Su trabajo se enfoca en las bases de la teoría social, la epistemología y el análisis de las sociedades del capitalismo avanzado.

Aunque el pensamiento de Kant tiene un remarcable lugar en la obra de Habermas, el de Karl Marx juega un papel decisivo. El estrecho vínculo entre una filosofía de la razón muy ambiciosa en términos normativos y una teoría empírica de la sociedad es una característica del pensamiento de Marx que Habermas hace suya y que le distingue de otros contemporáneos y, en particular, del sociólogo Niklas Luhmann y del filósofo John Rawls, con los que, no obstante, comparte preocupaciones comunes.

Habermas se vale del concepto filosófico de razón y lo emplea explícitamente en términos de filosofía del lenguaje, lo hace para poder desarrollar una teoría social. Se apoya en la idea de una completa transformación de crítica del conocimiento en teoría de la sociedad. No es correcto, por tanto, entender a Habermas como mero filósofo de la fundamentación argumentativa o incluso de la ética discursiva.

Su primera gran obra fue su escrito de habilitación, traducido al español como Historia y crítica de la opinión pública. En este análisis de la transformación estructural de la esfera pública se aproxima de forma crítica al concepto de opinión pública y recupera la visión eminentemente democrática del mismo, con su distinción entre opinión pública manipulada y opinión pública crítica.

En su obra posterior Habermas tratará de reconstruir el materialismo histórico frente a las nuevas problemáticas de las sociedades del capitalismo tardío. En este sentido, la gran crítica que realizará a Karl Marx será que éste, en su opinión, reduce la praxis humana sólo a una techné, en el sentido de que Marx le otorga la importancia fundamental al trabajo como eje de la sociedad, en demérito del otro componente de la praxis humana que Habermas rescata: la interacción mediada por el lenguaje.

Habermas entiende que el cambio social debe darse más bien en un ámbito simbólico, en el ámbito de la comunicación y el entendimiento entre los sujetos. De este modo, esta crítica se asemeja a la reflexión y repensará esta distinción entre trabajo e interacción como dos momentos irreductibles de la acción y tratará de incluir en la labor productiva (el trabajo) componentes de la interacción, por lo que dirá que es posible pensar un cambio social desde el campo del trabajo.

A partir de la publicación en 1981 de su obra fundamental, La teoría de la acción comunicativa, sus análisis y reflexiones se han orientado hacia la fundamentación de la ética discursiva, la defensa de la democracia deliberativa y de los principios del Estado de derecho, así como hacia las bases normativas para configurar una esfera pública mundial.